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SIGNAMENTO

Trascendencia antidogmática

Trascendencia antidogmática

FUGACIDAD Y MISTERIO

En el número 12 (mayo 2001) de los CUADERNOS DE LA DIÁSPORA editados por la Asociación Marcel Légaut aparece una Invitación a la Lectura de Vaclav Havel y una Selección de Fragmentos del intelectual checo. Vaclav Havel, de formación autodidacta, fue influido por filósofos como Masaryk (1850-1937) y Jan Patocka (1907-1977). Este último había sido
discípulo de Husserl y fue maestro de Havel, jugando un papel decisivo en la publicación de la Carta 77, esa declaración emblemática de la resistencia a la ocupación soviética y a la ideología comunista, en la que Patocka escribió: "debe existir algo que fundamentalmente sea no-técnico y no instrumental".

En sus textos, Vaclav Havel se muestra muy poco dogmático pero fundamentalmente abierto a la trascendencia: "El ’sentido’ es para mí, más bien, un horizonte presentido, algo que no es: no lo entiendo en absoluto como algo tangible, denominable y concreto. Mi ’experiencia del mundo’ parece convencerme continuamente de la misteriosa multiformidad y de la infinita ’fugacidad’ del orden del ser".

ANTIDOGMATISMO

No es de extrañar que con estos presupuestos Havel se muestre partidario de un "pluralismo del saber". Su denuncia del dogmatismo y sus alienaciones es explícita: "Cuanto mayor es la esclavitud y el dogmatismo con que alguien se entrega a un sistema ideológico consumado, tanta mayor certeza hay de que entierra todas sus oportunidades de pensar y de descubrir en
libertad, y que aniquila la aventura de la mente: en la práctica, empieza a servir al ’orden de la muerte’".

Sin embargo, la denuncia del lecho de Procusto del sectarismo dogmático no debe arrastrarnos hacia el nihilismo. Hay en el pensamiento de Havel una sana abertura el Ideal Absoluto: "el contacto continuo con ese misterio nos convierte en seres humanos"... "cualquier persona que no sucumbe al ser-ahí es creyente". No obstante, "la fe, como estado de espíritu, no se puede ’materializar’ en algo acabado y dado de una vez y para siempre, que nunca más presentará problema alguno y a lo que uno no tendrá sino que servir, sin tener que volver, una y otra vez, a las preguntas elementales. Una materialización
parecida deja de ser fe en tanto que orientación hacia el ser, para convertirse en apego, en una orientación hacia los entes, las cosas y los objetos (por más abstractos que éstos sean), y, finalmente, en una forma disfrazada de sucumbir al ser-ahí".

Un ontologismo con resonancias heideggerianas, pero decidamente humanista. Havel predica la "responsabilidad hacia el todo". Especialmente relevante resulta hoy para nosotros su definición del...

FANATISMO.

"Es, precisamente, esa fe materializada, mistificada, fetichizada y, por eso, alienada". Se trata de un "error extraordinariamente atractivo para una mente perezosa, para un carácter débil y para cualquiera que, aunque se
opone visceralmente a apartarse del ser, al mismo tiempo sufre una falta total de coraje intelectual y moral (incluyendo el coraje de ir solo contra todo el mundo y renunciar a las ventajas de la posesión de ideas multitudinarias)"... "De esta manera el ser se ve sustituido... por una maqueta de sí mismo". "Cuanto más fanática es una persona, con tanta mayor facilidad cambia los objetos de su ’fe’". El fanático corta la cabeza a todo lo que trasciende o elude el proyecto dado, se le resiste o no puede ser explicado por él. El fin acaba justificando los medios. "La conexión entre el entusiasmo infantil, el racionalismo falto de ingenio y la violencia despiadada es harto conocida"...

"En otras palabras, un fanático es el que, sin darse cuenta de ello, sustituye el amor de Dios por el amor de su propia religión; el amor de la verdad y la justicia, por el de la ideología o doctrina o secta que prometen garantizar todo eso de manera definitiva; el amor de la gente, por el de un proyecto que afirma que sólo él puede servir a la humanidad".

LA REVOLUCIÓN EXISTENCIAL

"El hombre es la única criatura capaz de llevar a cuestas -de manera casi ’absurda’- lo que no tiene nada que ver con su ser ahí inmediato (o, al menos, no hasta un punto comparable con la medida de su afectación). Esta transgresión de todos los horizontes de la utilidad determinable se deriva directamente -al parecer- de su ’diferencialidad’ en cuanto ’ser separado’,
es decir, de su capacidad de experimentar el ser no sólo como la existencia de algo (útil o amenazador), sino también como algo que establece, conecta y une la existencia de todo, y por medio de lo cual, de hecho, a uno le acaba afectando cuanto existe"...

"El foco, o la matriz, digamos, de esta autotrascendencia humana es, y siempre fue, la existencia de los demás, experimentada, directa o indirectamente, de un sinfín de maneras...: sólo por medio del ’tú’ (el primer ’tú’, por supuesto, es la madre), sólo por medio del ’nosotros’ puede el ’yo’ convertirse en sí mismo: ése es el territorio de sus primeras
experiencias. En la proximidad y el afecto de los demás reconoce, por primera vez, su hogar". La utopía de Vaclav Havel apunta al "renacimiento de las relaciones humanas elementales", más que en la dirección de un socialismo, cuya
palabra y utopía se utilizaron en su país como una maza.

PALABRAS SOBRE LA PALABRA

En la Feria del Libro de Frankfurt, en 1989, agradeciendo un "Premio de la Paz" otorgado por los libreros, el actor Maximilian Schell leyó un discurso de Vaclav Havel, porque las autoridades prohibieron a Havel salir de Checoslovaquia.
En ese discurso se refiere a la ambivalencia de las palabras: "Al lado de una palabra que estimula a las personas con su libertad y veracidad, hay una palabra que hipnotiza y fanatiza, una palabra frenética, falsa, falaz, peligrosa y mortal. Una palabra-flecha". "La palabra es una fenómeno enigmático, ambiguo, ambivalente, engañoso. Puede ser un rayo de luz allí donde reina la oscuridad o una flecha mortal. Y lo peor es que ahora puede ser lo primero y, tan sólo un instante después, lo contrario, e incluso ambas cosas a la vez".

¿Cómo fue la palabra de Marx? Proyectó luz, pero también fue el germen de todos los terribles Gulags posteriores. ¿Y la de Cristo? Incluso el cristianismo más puro llevaba implícita alguna cosa que también abrió la caja de los truenos y el espacio a los horrores. Toda acción importante encontró su arranque en la esfera de la palabra, pero precisamente por eso, tal vez sea la desconfianza hacia las palabras y la conciencia del horror que puede gestarse en su interior la misión más propia del intelectual.

La tarea moral pasa por renunciar a la arrogancia que nos caracterizó históricamente, haciéndonos creer que comprendíamos a la naturaleza y podíamos hacer de ella lo que quisiésemos, o que éramos propietarios de la razón y podíamos planear una vida feliz para todo el mundo, eliminando a quienes no se sintiesen seducidos por nuestros planes. Pero Havel siente que aquella Palabra que había al principio de todo no era la palabra del hombre...

EL DESAFÍO DE LA POSTMODERNIDAD

Vivimos un periodo de transición que mezcla y combina culturas o enfrenta una pluralidad de mundos intelectuales y espirituales; una época en que todos los sistemas de valores, aparentemente consistentes, colapsan. Lentamente, emerge un nuevo significado. El dramaturgo Havel nos ofrece una imagen: "Para mí, el símbolo de esta nueva situación es la imagen de un beduino subido a un camello, vestido con ropas tradicionales pero con unos tejanos debajo, transistor en su mano y un soporte para la Coca-Cola en la giba del camello".

La civilización tecnológica es posiblemente la primera que en la historia humana se extiende al mundo entero "y une todas las sociedades humanas de manera firme, sometiéndolas a un destino común y global". No obstante, la relación con el mundo que la ciencia moderna fomentó y diseñó parece haber agotado ahora su potencial. En este mundo postmoderno,
casi todo es posible y casi nada es cierto. "Los conflictos culturales aumentan y son, comprensiblemente, más
peligrosos que en cualqueir momento anterior de la historia. El final de la era del nacionalismo ha sido catastrófico. Armados con las mismas armas supermodernas, a menudo procedentes de los mismos fabricantes, y seguidos de cerca por cámaras de televisión, los miembros de varios grupos tribales viven en guerra unos con otros. De día trabajamos con estadísticas y por la noche consultamos a los astrólogos y nos dejamos asustar por los vampiros y las novelas de misterio. El abismo entre lo racional y lo espiritual, lo externo y lo interno, lo objetivo y lo subjetivo, lo técnico y lo moral, lo universal y lo único, es cada vez más profundo."

CUANDO NADA ES CIERTO CONVIENE APOSTAR POR LA TRASCENDENCIA

La conciencia de que no estamos solos ni sólo para nosotros, sino que formamos parte integral de entidades más altas, es el factor común de todas las religiones. El imperativo del respeto universal de los derechos humanos no significa nada si no deriva del respeto hacia el milagro del Ser, del universo, de la naturaleza y de nuestra existencia. "Sólo alguien que se somete a la autoridad del orden universal y de la creación, que valora el derecho a formar parte de él y a participar en él, puede valorarse a sí mismo y a sus conciudadanos de manera genuina, y, por lo tanto, puede ser capaz de honrar sus propios derechos también."

"Trascendencia como única alternativa a la extinción. La Declaración de la Independencia afirma que el Creador concedió al hombre el derecho a la libertad. Y parece como si el hombre no pudiera llevar a cabo dicha libertad si olvida a Aquél que le dotó de ella"... "Los hombres deben venerar en Dios alguna cosa que les sobrepasa".


El diagnóstico de Havel recuerda el de Kolakowski: la crisis espiritual del mundo contemporáneo deriva del hecho de que el hombre actual ha perdido el respeto por una autoridad superior, digamos que supraterrena. Por tanto, no puede menos que perder el respeto a toda autoridad terrestre, tanto la de su prójimo, como, a fin de cuentas, la de sí mismo. Se trata de un
problema filosófico y no político.

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